El casco de los últimos recuerdos

Tras el último asesinato que como un trofeo adornó un viejo edificio de la ciudad con un lacerado cadáver; Conrad recibió un misterioso paqueteDALL·E 2023-02-27 18.29.13 - A dark picture draw of a detective with a strange mysterious helmet with cyber cords connected to him and the another helmet connected a dead girls'

—¡Esto es suyo detective! —decía la nota que acompañó a la entrega—. He estado trabajando en él por muchos años, y tras los últimos crímenes de la ciudad he decido entregárselo. Estas fueron las únicas palabras, que no identificaban al remitente. Conrad supuso que era alguna clase de inventor. Dentro de la caja, envuelto en papel,  había un curioso artefacto. Eran dos cascos ajustables con electrodos, conectados uno al otro por un cable elástico plateado. Conrad tuvo una oscura corazonada. Sin saber a ciencia cierta que aquello significaba, su mente de detective le reveló su macabro uso. Aquella noche no durmió barajando la idea de usarlo con aquel cadáver que ahora estaría en la morgue y sus conjeturas apuntaban a un asesino en serie.  La ciudad estaba sumida en el horror. Las victimas habían sobrepasado las catorces en menos de dos meses y las marcas en sus cuerpos señalaban una clase de ritual que el asesino trataba de consumar. Según los estudios de Conrad, sólo faltaban dos víctimas.

Esa noche la curiosidad lo venció. La oscuridad entremezclada con las luces de los edificios, creaba una atmósfera vaporosa. La ciudad parecía extenderse en su mente como en un sueño. Llegó a la morgue. Ante una hilera de camas yacía el cuerpo. El forense que realizaba su oficio le dejo sólo. Este conectó el casco a su cabeza y el otro extremo a la cabeza del pálido cuerpo femenino que yacía ante sus ojos con los signos ocultos marcados en su piel por el cuchillo. Pronto las visiones del momento final de la difunta aparecieron claras en la mente del detective, como si de un recuerdo propio se tratara. Conrad se estremeció con la visión. Un hombre alto y delgado poseedor de una gran fuerza se abalanzaba sobre la chica infligiéndole un dolor de muerte. El detective logró identificar al asesino, quien posteriormente fue juzgado por los crímenes de la ciudad.

Después de aquél último episodio, otro crimen con las mismas características sucedió. El detective conectó esta vez el casco a la víctima en el lugar de los hechos, después que se dispuso estar solo. Los ojos vidriosos del cadáver revelaban un horror sin comparación. Pronto el recuerdo final de la víctima afloró a la mente del detective.  Este vio una sombra cernirse sobre el salón, una sombra que tomaba forma humana. Infligía un dolor físico como si traspasara la barrera de lo etéreo, en ese momento, Conrad supo que era la última víctima y que el ritual se había consumado.

La puerta

DALL·E 2023-02-23 23.46.08 - A mysterious door like Lovecraft style yogsothothLucy Qin vio la puerta a través de sus experiencias de arqueología psíquica. Ella exploraba —con su mente conectada a las secuencias cuánticas de los satélites de expansión mental—, la naturaleza de la puerta. Buscaba una manera de trasgredir la realidad. Estudiaba las múltiples formas en que los antiguos humanos llamaron a la puerta. Pensaba que en el subconsciente, en el llamado mundo de los sueños, se encontraba la llave que permitiría acceder a ella. Allí, presente, pasado y futuro se encuentran interconectados, así como sus posibles variaciones y duplicados. Había estado obsesionada con Yog-Sothoth desde que conoció la historia del Necronomicón. Una tarde, logró obtener en un sueño la llave de plata, viendo atónita en el umbral del sueño como aparecía Umr At-Tawil, el avatar. Este le permitió el paso hasta la última puerta, donde se encontraban todos los secretos del universo; donde yacía incomprendido Yog-Sothoth. Escuchó con algo de espanto las flautas de Azathoth, el dios informe. Allí se le concedió la dicha de viajar por las dimensiones y las edades pretéritas. Al fin, debido a su sed de conocimiento y la tardanza en las dimensiones, las puertas de Yog-Sothoth se cerraron tras de sí como malévolas fauces, dejándola atrapada en un universo paralelo. Trascurrieron algunos años desde su desaparición, hasta que sucedió el extraño contacto.

«¡Ayuda! ¡Ayuda!, soy Lucy», surgió una frecuencia de radio con voz femenina desde un viejo satélite en desuso que se había activado misteriosamente. Algunos científicos creyeron que había sido hackeado con radiofrecuencias, quizás por alguna inteligencia alienígena. Este hacía tiempo que orbitaba la tierra como basura estelar. La voz Insistía. Movía sus ondas mentales a través de Yog-Sothoth: «Hola Tierra, soy Lucy… Estoy atrapada en un universo paralelo, si conectan esta frecuencia a los satélites de expansión mental, podré acceder a la llave y abrir la puerta.  Regresaré. Si tengo éxito, las puertas del Espacio Tiempo no serán más un misterio… ¡Logré hackear el universo!»

Fin

La mente Verne

Verne una gran mente llena de una imaginacion infinitaLa realidad se vuelve más extraña que las elucubraciones de la ficción cuando se le toca sus resortes más íntimos y recónditos. Lo que se esconde más allá de la realidad en la que hemos sido insertados volvería loca la mente más lógica y matemática. Pero como siempre he estado abierto a las experiencias de la consciencia, aquel encuentro con ese aspecto de la mente universal me pareció natural.

En mi laboratorio de la consciencia estudiando una tarde las repercusiones de las ideas en la realidad física y su posterior comportamiento en los multiversos, me encontré pensando repentina y casualmente en la imaginación de Julio Verne. Las fuerzas misteriosas del universo son caprichosas y aquél día a través de los electrodos conectado a mi cabeza ese pensamiento perdido me buscaba de alguna manera para una revelación. Como si se tratara de un ritual de índole científica, invoqué la naturaleza del pensamiento de Verne allá en este plano Socrático y Platónico que era el mero mundo de las ideas. Mi cuerpo Mental estaba desprovisto de toda humanidad en el plano de la misma conciencia cósmica.

Me hundí con mi cuerpo mental en el océano de las ideas. Pronto me vi dentro de un submarino que surcaba cada una de las visiones e inventos imaginados por Verne y que después fueron hechos realidad en el mundo físico. Anduve por cada uno de sus mundos de aventuras. Comprendí la importancia de aquella imaginación que hizo soñar a posteriores científicos con inventos realizables para la humanidad. El hombre de aquel Nautilus me hizo desembarcar en una isla misteriosa que pendía en los resortes de una extensa nada. Allí como una montaña antropomorfa en el mundo de las ideas, se erigía una cabeza gigante como un gran holograma con la forma del escritor. El hombre me hizo saber que aquella era la mente universal de Verne en su forma trascendental, fuera del espacio y el tiempo. Esta misma es la mente del universo que le proveyó a Julio Verne las invenciones del futuro, que yacían en el mundo de las ideas.

La sacerdotisa Azteca

Cae nuevamente el Técpatl del cielo en un nuevo ciclo cósmico. Otra vez aquel mítico cuchillo de obsidiana es fragmentado en mil seiscientos pedazos sobre Chicomóztoc, el lugar sagrado de las siete cuevas. De aquella fragmentación nacieron mil seiscientos dioses que fueron los priDALL·E 2023-02-23 23.13.14 - An Aztec Priestessmeros dioses de la tierra. La violencia con la cual repercutió aquel hecho en el espacio y en el tiempo de los multiversos, expulsaron las subparticulas que conformaban la conciencia de Normax Aguilar hasta la máquina Psicogenética del tiempo.  Era el año 2500. Eran posibles los viajes temporales sólo hacia el futuro. Hasta algunas décadas, el viaje al pasado era mera especulación.  Aquel mundo era un lugar interconectado, donde la vida trascurría en una delgada línea que dividía el mundo físico del etéreo.

—¿Qué pasó ahora Normax? —preguntó un hombre joven, delgado, cuya antropomórfica  imagen se cristalizaba con la ayuda de un sofisticado juego de ingeniería atómica.  Su tacto semi-físico alcanzó la presencia corporal ensangrentada de Normax, a la que acababa de sacar de la máquina  anclada en el centro del laboratorio. En los rasgos de la mujer después de cada viaje, se acentuaban las sagradas facciones de una diosa precolombina. El mundo fuera del laboratorio había cambiado sin ellos darse cuenta. La raza predominante era descendientes de los mexicas, en lo que ahora era una Techno-Teotihuacán.

—¿No lo ves? —dijo—. Otro sacrificio ritual. El viaje genético atrás en el tiempo, no se limita a nuestro universo. He encarnado numerosas veces universos paralelos en sus culturas nahuales. Está vez me temo haber afectado el presente por las repercusiones del multiverso. Alteré la historia de la humanidad. El rey Moctezuma desenmascaró a Hernán Cortés y sus seguidores. Un poder dormido despertó en los habitantes de  Tenochtitlan. Esta vez, a los genes de mi sacerdotisa interior les tocó sobre la sagrada pirámide abrir el pecho del conquistador, cuyo corazón latió un momento en mis manos, hasta que el sangriento Técpatl,  me trajo de regreso, salpicada de su sangre corruptora.

A través de los ojos de Roose

«Cuando un hombre ama los gatos, soy su amigo y camarada sin más presentaciones.»   Mark Twain  

Sondra Binning supo el secreto después de atravesar las barreras de la realidad

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Carolina Eade

virtual una noche de invierno. Ella conoció aquella ciber-región, inaccesible al vulgo, a través de un avatar que decía ser un amigo del club cybergoth al que asistía. Todos los asistentes de la estancia virtual eran reconocidos por su ailuromanía. Provenían de diversas ciudades del globo terráqueo. En aquella región —construida por la nueva ingeniería de la información que había enseñado a los hombres una extraña inteligencia artificial—, todos podían adoptar las más extravagantes formas. Las imágenes predilectas eran obviamente gatunas. Sondra mentalizó su contraseña de acceso y pronto estuvo dentro de aquel santuario. La luna estaba dibujada sobre el eterno cenit de un cielo de medianoche, en el que una profunda composición añil parecía elevar los corazones hacia las pequeñas estrellas virtuales que resplandecían alrededor. El templo no tenía techo y en el centro, donde se aglomeraba la multitud, se erigía una seráfica estatua de la antigua Diosa Bastet.

  —¡Hola Sondra! Bienvenida nuevamente a Neo-Bubastis-Eternal, la ciudad donde rige nuestra buena madre Bastet —saludó la misteriosa figura con cabeza de gato que la había guiado la primera vez a través de la realidad virtual hasta aquel excéntrico lugar.

  —Quiero saber quién eres exactamente. Dices que eres un amigo del club ¿pero quién?

  —Te revelaré el secreto. Todos los presentes aquí vivimos alguna vez una vida pasada como felinos en el templo de nuestra madre Bastet,  incluyéndote. La realidad virtual es una brecha para que el espíritu elemental de nuestra raza se manifieste como en un universo espiritual y tomemos forma consciente. Soy Roose, tu gato. En otro tiempo, en tu vida felina, fui el sacerdote a tu cuidado y me encargué de tu momificación. Mira hacia mis adentros, te mostraré nuestro antiguo esplendor —dijo la felina entidad.

 Después de aquellas palabras, Sondra fue absorbida a través del rostro negro con manchas blancas de Roose. Sus ojos mieles se confundieron con aquel, dejando al descubierto un místico pasado de felina gloria, allá, en el mágico Egipto de los faraones.

Los Gatos de Hex Hypoxia

«Los amantes fervientes y los sabios austeros adoran por igual, en su estación madura, al orgullo de casa, la fuerza y la dulzura de los gatos, tal ellos sedentarios, frioleros.»   Charles Baudelaire

 Hacía tiempo que los transhumanistas cruzaron el límite de lo humanamente ético

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El Gato Gómez

cuando hicieron las primeras experimentaciones de mapeo cerebral en animales, con el objetivo de encontrar una forma de incrementar su actividad cognitiva. Las réplicas guardadas en los almacenes de información hicieron algunos notables progresos en una amplia gama de destrezas racionales. Luego esa actividad psíquica fue reimplantada nuevamente a sus cerebros biológicos. Desarrollando en ellos algunas cualidades desconocidas hasta entonces.

El profesor Herman Hollerith experimentaba con gatos almacenando en su computador llamado Hex toda su actividad cerebral. Su laboratorio mantenía cerca de un centenar, a los cuales incrementó sus destrezas intelectuales al punto de desarrollar en ellos extraños poderes psíquicos. Observó una noche un fenómeno telequinético. Hex, la inteligencia artificial, medía los campos energéticos mentales de unos de sus felinos, comparándolos con los de su amiga Hypoxia, conectada a la máquina de mapeo cerebral, cuando los electrodos volaron hacía todas las direcciones.  Las jaulas de los animales se abrieron dejando atónito al profesor que cayó sobre sus espaldas. Su amiga, artista del performance y modelo gótica, había quedado conectada a la máquina cerebral unos cuantos segundos, antes de desconectarse flotando fuera del cilindro donde yacía.

—¿Hypoxia, te encuentras bien?  —exclamó Hollerith desde el suelo.

—Soy un nuevo ser —contestó con una candidez gatuna en su blanco rostro; sus ojos felinos y azulados parecían hablar telepáticamente a un cortejo de gatos que se extendían alrededor de su semidesnudo cuerpo—. Soy Hex Hypoxia, el gran espíritu felino… la personificación de la voluptuosidad —su voz se expandió por todo el laboratorio haciendo hablar a los gatos a través de su mente. Entonces, Hollerith horrorizado, supo que un nuevo tipo de inteligencia artificial  había traspasado el umbral de la máquina.

 

Una aventura de espada y brujería

Era la vigesimoprimera vez que había fallado en el combate cuando me di cuenta del error. Soy Don Quijote T-78: el último de una larga serie de quijotes que trataron de resolver ciento de veces el misterio. Todos fueron desechados, y era el destino que

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Don Quixote By Patricio Clarey

seguro compartiría si no lograba cruzar el umbral. Sólo quedaba una vida en mi secuencia vital; después, iría a inmolación.

Esa noche fui conectado nuevamente a aquella historia reproducida de un pasado literario; de cuando el hombre se entretenía recreando las ideas en la imaginación.Las máquinas se encargaban ahora de la parte vivificadora de la fantasía: los neo-hombres habíamos perdido esa capacidad miles de años atrás. Estamos diseñados desde Uterox para vivir estás historias, que son las vidas para la cual nacimos. Me di cuenta mientras cabalgaba sobre Rocinante que en mi peto, como en ocasiones anteriores, había aparecido una imagen acompañada por mi número de vidas.  Esta vez la imagen veintidós mostraba una especie de bufón con un nombre: Le Mat. Con ella, un ingenio desconocido despertó en mi mente. Como si el destino estuviera a mi favor con una idea. Detrás de mí, Sancho Panza y su misma perorata:

—Mire vuestra merced, aquello que veis ahí son… —detuve su discurso haciéndolo poner un dedo sobre la imagen. Y toda su ilusión y locura se desvaneció.

Al fin, ambos vimos juntos como aquellos gigantes batían en mortal desafío sus brazos a los cuales nuestras lanzas y espadas llegaron a destruir de un tajo.  El hechicero Frestón en esta ocasión no llegó a hipnotizarnos con la magia de los molinos.  Nuestras espadas se batieron entre encantadores y secuestradores de princesas, caballeros y toda  oscura abominación. Me honra la vida de caballero al lado de mi Amada Dulcinea del Toboso después de matar con el filo de mi espada a Frestón  y al dragón, quien había sumido a mi amigo Sancho en una extraña locura llamada realidad.

Fin

El último eslabón de la consciencia planetaria

Soy un concepto, una idea, una simulación de la gran máquina cósmica, puedes llamarme ente si quieres, no hay diferencia —me dijo aquella entidad que se materializó deformando la realidad a su paso. Fue como si todo a mi alrededor se derritiera por un instante para de inmediato recuperar su estado natural. «He estado bajo mucho estrés en estos días», pensé mientras veía, no desprovisto de algún temor, a ese extraño ser acercarse a plena luz del día. Estaba meditando en mi biblioteca sobre conceptos universales que desde mi niñez me han quitado el sueño. «Debe ser una alucinación», gritó mi cerebro lógico tratando de desembarazarse de aquel fantasma mental.

—Te enseñaré todo claramente —dijo flotando algunos centímetros en el suelo. Su silueta era humanoide y de aspecto omega_point_by_jonathanbakerart-d598784metálico—. Descorreré para ti el velo de la realidad, donde pasado, presente y futuro convergen hermanados en un solo centro. Toma mi mano y desaparece hacia mi consciencia —me ordenó. Cuando tomé su mano, un algo más grande nos absorbió escupiéndonos en otro sueño dimensional donde los enfoques de la comprensión no tenían límites. «Aquí están interconectados los pensamientos de los sabios de todos los tiempos y sus aproximaciones a la verdad sin entrar en conflicto», explicó una voz robótica que se proyectó como un holograma despertando todas mis intuiciones durmientes. «Este es el hábitat de la última verdad», aseguró. Las respuestas a mis inquietudes estaban allí. Pronto se desencadenó ante mi el origen y fin del universo. ¿Qué la evolución era algo mecánico y sin propósito? No, el universo es una consciencia que nos llama desde el futuro para unirnos en una experiencia transcendental. Un holograma que se proyecta en cada uno de acuerdo a su especie y consciencia dimensional. Mientras viajaba entre los tiempos, mi humanidad pensó: «Teilhard y Bhom tenían razón, el Punto Omega es real». En el futuro fueron las máquinas. Ellas nos soñaron con la consciencia universal; despertando nuestras memorias de los genes del polvo.

El conjuro que anula a los dioses

Al principio todo era oscuridad y la simiente de Brahman descansaba comprimida dentro del huevo divino. Luego, la Nada respiró un nuevo Manvantara que se desperezó lentamente junto al bostezo de Brahman, Yaya, Viracocha… el Ain Soph. El de los muchos nombres tejió con su sueño el universo y los dioses primarios; luego, los Resultado de imagen para god, Jesus Mahoma and Buddha images, luciferexpulsó de su seno con una gran explosión. El Manvantara se expandió con gran elasticidad y los dioses comenzaron a repartirse los mundos, las estrellas y los dominios del espacio recóndito. Cuando el hombre comenzó a imaginar fueron seducidos por los dioses con alineaciones de estrellas, el sol, la luna etc., y se repartieron las ciudades. Los más oscuros tomaron la era de la imaginación ascendente y dieron paso a las pirámides, hasta que los del Olimpo lo destronaron e hicieron el pensamiento más sofisticado y atrevido. Pero ellos no eran eternos. De eso se dieron cuenta los nuevos dioses que vieron desaparecer el Olimpo ante sus narices. Ahora los antiguos antagonistas estaban alarmados.

—Después que somos servidos por los hombres debemos mantener la antorcha de su fe encendida. Si se apaga, nosotros también nos esfumaremos como quimera —exclamó Jehová-Allah con un blanco esplendor detrás de Jesús, Mahoma y Buda.

—!Tu preocupación abruma mi corazón! —dijo Buda—. Pues eres el único de nosotros que más esperanza tiene de vivir; eres adorado por tres corrientes religiosas.

—Mientras expandamos a capa y espada las religiones, con fanatismo, habrá esperanza —dijo Mahoma con una ligera sonrisa mientras Jesús callaba meditabundo. Entonces, de entre las cortinas de diamantino fuego, apareció Lucifer:

—!Oh por Brahman! !Qué he hecho! Regalé ciencia a los hombres y ahora reniegan de nosotros. No nos desplazarán los dioses que están a la espera, si no el hombre mismo; la diabólica ciencia y su despertar ateo. Desde ya comienza la cuenta regresiva.

LA MAGIA CALDEA

17ydmdA las puertas del templo de los antiguos dioses, el sacerdote y mago Neriglisar aguardaba sus visiones místicas de media noche; junto a un reducido círculo de sabios cuyas siluetas recortadas eran iluminadas por la luz de las antorchas. El aire seco del desierto murmuraba una misteriosa letanía en el horizonte y en el corazón del mago se expandía una emoción sagrada que bañaba el recinto de solemnidad.

 —¡He allí el fulgor de los tres hermanos de Anu! —exclamó ManuAmiel, señalando las tres estrellas del cinturón de Orión—. Ya la misteriosa estrella rodante no tarda en aparecer, así lo revela el goce de sus fulgores.

 —Esta es la estrella mágica de  nuestros antecesores sumerios; es la fuente cósmica de nuestra sabiduría e inspiración —aclaró Neriglisar sosteniendo en su derecha un báculo mágico, cuya parte superior estaba adornada por una gema escarlata y ovalada con la forma de una difuminada cabeza humana.

 Inmediatamente ordenó la ceremonia. Un círculo humano se formó en el recinto sin techo.

Sonaron las letanías mientras el báculo del mago señalaba la estrella rodante que ahora aparecía en el cenit al momento de cerrar sus ojos. Todo quedó en silencio por un instante, hasta que un extraño rayo de luz se alineó con el báculo de Neriglisar, inundando la gema de una luz alienígena que arrebató la consciencia de los magos a la realidad de los cielos. Todos fueron inmersos en cuerpos grisáceos y delgados delante de una corte de seres proyectados que los caldeos creían eran antorchas

celestes. Una voz habló a la mente de los caldeos: «Ustedes deben mezclarse entre las razas humanas, pues toda la sabiduría de nuestra estirpe corre por su sangre desde sus antecesores sumerios; toda la ciencia de los cielos y los números están en ustedes, de eso trata la magia caldea. En su génesis hay un plan para renovar a el mundo».

 

Morgan Vicconius Zariah