Todos desembarcan allí —dijo Harlem al Feo Cirius, refiriéndose a una de las lunas
habitables que orbitan el planeta Miximium-4. Llamada Wild West por una similitud histórica y evolutiva en la experiencia de todos los seres inteligentes a través del universo. Era el símbolo de las etapas duras de la vida de los seres; la búsqueda de oportunidad y la fortaleza ante la adversidad; la semejanza unificadora del progreso.
—!Sobre esa luna huellan los pies todos los caza-fortunas! Ese mineral no parece agotarse, han hecho de este lugar un sitio peligroso —respondió el Feo Cirius mientras hacia descender la nave cerca de las granjas criogénicas; en su cara se dibujó una mueca de perplejidad.
—¿Qué te hace pensar que venimos aquí por esos minerales Psicoactivos? Que tonto eres, parece que no te has enterado que aquí habitan las chicas más hermosas de toda la galaxia. Venimos a la taberna burdel más famosa de todas.
—¿Te refieres a la Ruleta Rusa?, que pillo eres —comentó Cirius con una sonrisa libidinosa propagándose por su rostro—. Si hubiera sabido que era para esos menesteres, hubiera traído una pistola más potente. Pues he sabido que a ese lugar asiste gente peligrosa. No sería bueno que fuéramos participes del juego principal de la casa.
—Descuida —aseguró Harlem al Feo, dándole unas palmadas mientras descendían con ímpetu sobre sus moto-caballos antigravitatorios. La noche lunar se extendía en el infinito con un misterioso eco y los hombres se dirigieron al prostíbulo. Bebieron, comieron, fornicaron, y después… El ultimo juego de la casa. Al tomar tragos, entraron aleatoriamente en La Ruleta Rusa. El lema: «Participa o muere». El premio: una bolsa del costoso mineral Iluminarium para el ganador. Pero el destino jugó aquel juego con sádico capricho, y eligió a los dos amigos. Sin poder escapar, pistolas en mano, los hombres dispararon sus láseres a matar. El Feo ganó, se llevó la bolsa y el cuerpo de su amigo, acompañado de dos lágrimas frías.
Morgan Vicconius Zariah
Fin